Nos vio en "Adopta unos Hippies" y no pudo resistirse. Desde entonces le hemos ocupado el trastero, la ducha, la cocina, en ocasiones la cama y, por supuesto, el corazón. El regiomontano más apuesto de las salas de billar. Su sonrisa abre puertas y levanta faldas por igual.
El genio del taladro y las pijas, el gatillo más rápido de la Picacho Ajusco, un diamante en bruto rodeado de serrín. Si no fuera por él, aún dormiríamos en el suelo.
El Sabio del Ajusco. Las Mercedes Sprinter no florecen fuera de sus dominios, donde él reina con mano de hierro. Padre biológico de La Quebradora.
Nuestra madre mexicana y sus compinches. Siempre dispuestos a recordarnos lo peligroso que es Agrícola Pantitlán y a reirse de nuestra manía de ir a los peores sitios, en los peores momentos.
Nuestros ángeles de la guarda chilangos, nos recogieron de la calle y nos devolvieron la sonrisa. Y semanas más tarde intentaron emborracharnos. ¿Qué más se puede pedir?
Un galán entre bujías, tan italiano que no ha perdido el acento 30 años después de llegar a México. Un tipo con una personalidad tan arrolladora que acabas adquiriendo sus gestos a los 10 minutos de conocerle. ¡Gracias por aquel croissant de Nutella!
También conocido como "el tipo de los tatuajes y las harleys". Lo mismo te instala una batería que te construye una moto. Qué lástima no haber conocido a este muchacho nada más aterrizar.
Go to linkEsa clase de gente que hace que las cosas funcionen. Y que, además, te insufla ánimos demostrándote que tu proyecto le encanta.
Go to linkExperto en astrofísica de rayos gamma y en cervezas locales. En serio, ¿qué más se puede pedir? Si google supiera algo de la vida, cuando buscases astronomía en Centroamérica, debería salirte la cara sonriente de Rodrigo.
Nosotros escribimos a la federación de montañismo del Salvador algo como: ¿qué se escala por aquí? Y acabamos durmiendo en casa de una de las cabecillas de la federación. Qué gran recibimiento!
Conocer otras gastronomías, otras culturas y otros acentos es lo más enriquecedor del viaje. Pero levantarte en casa de una madrileña, darte una ducha y tomarte un café con leche mientras escuchas El Kanka es un placer indescriptible.
Una apasionada de la astronomía y del arte. Una magnífica anfitriona. Y una amiga. ¿Quién nos iba a decir que íbamos a estar tan a gusto en la caótica Ciudad de Panamá?
Cometió el error de creernos cuando dijimos que veníamos a pasar un par de noches. En su casa estamos engordando y aprendiendo a fracasar, dos cosas que nos hacían falta.
Una panda de frikis que nos abrieron las puertas de su observatorio y nos ayudaron a encontrar un cirujano para la furgoneta.