Vida y muerte de las estrellas
El pasado viernes tuvimos la oportunidad de observar el cielo desde un mirador privilegiado: la terraza del Centro de Cultura de España en México. Privilegiado por estar en el centro histórico de la ciudad, con vistas a la catedral, que no por su magnífico cielo nocturno... vamos a ver qué nos dejó ver la contaminación del DF.
La jornada comenzó con una charla sobre el nacimiento, evolución y muerte de las estrellas, sobre todo para poner en contexto la observación posterior.
Aquí tenéis las diapositivas de la charla:
Después la idea era hacer tres observaciones. En la primera apuntaríamos a la nebulosa de Orión, para ver una zona de formación estelar, allí donde las estrellas se están formando ahora mismo o bien acaban de nacer.
Después observaríamos una estrella múltiple, ya que en la charla explicamos que las estrellas nacen en cúmulos y eso implica que aproximadamente la mitad de las estrellas que vemos sean en realidad dobles (o triples...)
Nuestra idea era finalizar la observación con un vistazo a la nebulosa del Cangrejo, el remanente de supernova que astrónomos de todo el mundo vieron en directo el 4 de julio del 1054.
La nebulosa de Orión se vio muy bien, no todo el mundo era capaz de ver el gas pero todos vieron las estrellas embebidas en la nube. La estrella múltiple que elegimos, Iota Cassiopiae, era una estrella triple que puso a prueba incluso la vista de los menos miopes. El segundo turno tuvo más suerte con Gamma Andromedae (o Almach) una binaria con más separación en la que se apreciaron muy bien los colores de sus componentes, anaranjada y azul.
Desgraciadamente nos fue imposible vislumbrar la nebulosa del Cangrejo, incluso empleando la cámara conectada al telescopio. El brillo de fondo del cielo de Ciudad de México es más intenso que la propia emisión de la nebulosa, haciéndola invisible.
La star-party fue, en definitiva, todo un éxito, con más de 200 asistentes a la charla, tantos que no todos pudieron observar, tuvimos que hacer dos turnos de ~45 personas. Hablamos de agujeros negros, de cómo los terrícolas hemos intentado llamar a ET, y de cuánto falta para que Betelgeuse explote y nos borre del mapa. Desde niñas pequeñas (como Kira, que en unos años será astrónoma) a señoras mayores, creo que todos pasamos una buena velada, gracias a nuestra más reciente colaboradora, la responsable de Ciencia del CCEMX Mariana Castro.